sábado, 20 de septiembre de 2014

En este año en el que se conmemora el centenario del nacimiento de Julio Cortázar, transcribo aquí unas anotaciones mías tras visitar una exposición de fotos suyas en Valencia, allá por el año 89.

"Fui a ver las fotos de Cortázar. Estaban llenas de cotidianeidad y de cierto misterio. Captar un instante, una imagen fugaz ¿puede darnos idea de la complejidad del ser retratado? Puedo afirmar sin ambages que es un intento no menos vano que el de pretender conocer por completo a una persona. Las fotos, desnudas, a lo sumo nos sugieren realidades esquivas, trozos de verdad falseada. Ante este panorama de ambigüedad tan sólo nos queda imaginar libremente, creer que esos ojos que miran a la cámara -o la evitan- nos miran a nosotros, eventuales observadores; cuando desaparecemos de su campo de visión, la imagen pierde sentido, se desvanece por algún recóndito agujero de la realidad para volver a cobrarlo en el mismo instante en que alguien toma la inútil decisión de desentrañar el misterio...

La última foto me muestra a un hombre sin asidero, con la mirada perdida en el vacío. ¿Comprende acaso que la muerte es el hecho más maravilloso de la realidad cotidiana? No puedo saberlo."

Valencia 5-6-89

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